miércoles, 3 de agosto de 2011

Juliana Sarmiento Barbosa

“A diferencia de otras criaturas que construyen, el ser humano piensa mientras construye, razón por la cual la edificación humana es un acto consciente, un acto que engloba innumerables decisiones y alternativas. Este hecho es el que distingue las construcciones humanas de los nidos de los pájaros y las celdas de las abejas, que son construidos como resultado de una programación genética. Los seres humanos que construyen para satisfacer una necesidad, pero, aún así, sus obras expresan sentimientos y valores…”

Roth, Leland. 1999. Entender la arquitectura, sus elementos, historia y significado. Cap. Arquitectura, el arte inevitable. GG, Barcelona.

Cuando nos expresamos y vivimos en un medio con seres pensantes y racionales, damos por entendido que somos concientes de lo que somos, hacemos, decimos y todos aquellos momentos que representan una convivencia con el entorno; por lo tanto, el correcto uso de la conciencia es lo que nos permitirá encontrar el mejor aprovechamiento de nuestras intenciones con nuestro espacio, aunque sabemos que no sólo hoy en día, si no desde que el ser humano entendió sus posibilidades para obtener beneficios propios, es que esa conciencia ha sido subestimada y olvidada. En consecuencia, somos responsables de lo que hoy pasa en el mundo, y así como muchos arquitectos han definido los productos su profesión como el conjunto de resistencia, utilidad y belleza, debemos dejar esto como concepto aplicable a un espacio determinado, si no ser concientes, yendo más allá de llevar a cabo un edificio de esta manera, pues somos totalmente capaces de construir un mundo: resistente, capaz de afrontar los avances de nuestra mente y crecer paralelamente a las tecnologías y facilidades que hoy tenemos; útil, donde nos sintamos plenamente halagados con las capacidades que tenemos de satisfacer nuestras necesidades; y bello, donde podamos apreciar cada cosa que el mundo nos da, a la par de nuestro toque creativo y conciente de lo que podría ser un mundo saturado de belleza, y no solo externa, si no que cada cosa que exista refleje nuestras verdaderas intenciones de no creernos los protagonistas de esta civilización, de comprobar que la materialización de nuestra inteligencia, por ejemplo, no está en el consumismo de hoy, si no en la totalidad del entorno que hemos construido, un entorno físico y también espiritual, el cual refleja nuestros valores, sentimientos y pensamientos. Adaptar una conciencia constante y dirigida a lo que siempre hemos soñados, nos hará vivir en un mundo que evidencie nuestras más bellas intenciones, las intenciones de un arquitecto para el mundo.

13 comentarios:

  1. “La arquitectura es siempre una materia concreta; no es abstracta, sino concreta. Un proyecto sobre el papel no es arquitectura, sino únicamente una representación más o menos defectuosa de lo que es la arquitectura, comparable con las notas musicales.” Zumthor, Peter. 1996. Enseñar arquitectura, aprender arquitectura. Pensar la arquitectura. Barcelona. Ed. Gustavo Gili.

    Como seres pensantes que hemos tratado de adaptarnos a un mundo que nos ofrece distintas situaciones que nos exigen una capacidad de conciencia suficiente para nuestra supervivencia y éxito dentro de nuestro entorno, hemos entendido que nuestras diferencias de pensamiento y razonamiento nos distinguen de no solo los animales, si no de las personas que conviven día a día con nosotros, haciendo que notemos habilidades para desarrollar y mejorar en nuestras vida, en este caso, muchos queremos comprobar y explotar habilidades relacionadas con la arquitectura, que nos reiteren la decisión de no solo estudiar esto, si no de tomar esto como un estilo de vida, y es por esto que deberíamos perfeccionar la abstracción, concretar los trazos ambiguos, fijar el contorno de un pensamiento pasajero, expresar con perfección un sentimiento, manipular el significado de un dibujo y hasta decidir el rumbo físico de nuestras palabras; porque estamos destinados a guiar nuestros más íntimos recuerdos a la luz de nuestras habilidades y deseos, a manifestar en nuestro alrededor lo que en algún momento paso por nuestras mentes, se dibujó en una esquina de un papel y nos hizo sonreír convencidos de la calidad y excelencia de la idea. Así como, hasta que no se tomó un instrumento musical para comprobar la correcta posición de las notas musicales dibujadas en un pentagrama y tal vez redibujarlas para asegurar una perfecta melodía que pueda encantar muchos oídos, estamos invitados a concretar nuestras ideas para que no solo encantemos ojos, si no que provoquemos la mayor exaltación que los sentidos puedan tener, que permitamos miles de traducciones en las mentes de todos esos millones de seres pensantes diferentes, creando lenguajes de pensamiento únicos gracias a lo que alguna vez fue, por ejemplo, un dibujo difuso que en esencia quiso ser construido.

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  2. “Hay que pensar en la perdurabilidad, en el futuro, en los niños de hoy y hombres del mañana. Estamos urgidos de nuevas propuestas estéticas, espirituales, funcionales…”
    Salmona, Rogelio. 2003. Entre la mariposa y el elefante. Pág. 25

    No es un misterio que hoy en día nos sintamos en un ambiente totalmente infectado del egoísmo y la mal dirigida pasión de muchos que probablemente pensaron que lucrándose podrían encontrar su felicidad, sin haberse detenido un momento a pensar qué era en realidad lo que podría llenar eso que el dinero y sus propios intereses pueden supuestamente satisfacer. No quisiera juzgar, pues todos hemos sido víctimas del consumismo y ambición, pero estoy convencida que esto es tan irrelevante como el vuelo efímero de las mariposas nombradas por Salmona, es decir que los pasos firmes y constantes de los elefantes que caminan en manada no podrán encontrarse en nuestra satisfacción como individuos, si no en una elaboración colectiva, que esté siempre conciente que sus actos tienen la opción de perdurar, la diferencia radica es en qué tanto van a emocionarnos no sólo esos espacios y estructuras que las próximas generaciones visitarán, si no la creación de todo un habitad, de una ciudad que está siendo juzgada por millones de sentidos, recorrida por mentes que quisieran transformarla pero que posiblemente su inexplicada incapacidad y miedo no han dejado que como seres racionales nos sintamos totalmente felices y a gusto en nuestro diario vivir, porque es ahí donde empieza ese encuentro de la felicidad, donde la satisfacción de nuestras necesidades se vea completa no solo en nuestro hogar, si no en todo el espacio donde nuestro cuerpo se mueve y donde nuestra mente inconscientemente juzga y exige lo mejor para el espíritu. No sé qué tan utópico viene siendo esto, pero estoy segura que ni una pequeña parte de esto estamos poniendo en práctica; solamente ser concientes de eso para que poco a poco los cambios se vean y no nos sintamos dirigidos por esa riqueza soñada pero que no es más que una ilusión. Como futuros arquitectos, debemos ser concientes que nuestros actos y proyectos no sean, como lo alcanza a decir Salmona, obras guiadas por la inspiración momentánea, si no que nuestro entorno, nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestros más íntimos deseos sean esa inspiración, dejando totalmente a un lado la riqueza y narcisismo que tenemos, porque seremos felices solamente cuando todos lo estemos, o cuando por lo menos lo hayamos intentado. Dejemos, como seres humanos, de ser tan existencialistas y creer que el tiempo y nuestras vidas no tienen un sentido. Perfecto fue citar a Albert Camus, “nos pueden maldecir por poder hacer tanto y haber hecho tan poco”.

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  3. “Debieron transcurrir dos décadas para que August Schmarsow se refiriera al espacio como un fin en sí mismo, al considerar la cabaña primitiva como una matriz generadora de la creatividad espacial. La evolución de la arquitectura concuerdo con el despliegue progresivo del sentimiento del hombre respecto al espacio (…)”
    Villate Matiz, Maria Claudia. 2008 La razón como emoción. Forma, estructura y espacio en el edificio Pablo VI de Aníbal Moreno. Bogotá UNAL (El Espacio Pág. 101)

    Es lógico pensar que la necesidad de darle una explicación a nuestra existencia ha hecho que mentes que han querido explicar todo mediante interminables ecuaciones o filosofías converjan en el empalago insaciable de una definición para el espacio, que concierne consciente o inconscientemente cualquier campo del conocimiento; es así como paralelamente a la evolución que nuestro entrono ha tenido, también lo han tenido los pensamientos que han existido en cada uno de esos momentos. Por esto, antes de querer debatir cualquier definición ya dada de lo que es el espacio o intervenir arrebatadamente con un concepto personal, es esencial tener siempre en claro que todas las definiciones que hoy damos por hechas y más desarrolladas, en un tiempo podrán ser tal vez ideas que apoyarán el antónimo de lo que pueda ser definido como espacio, es decir, no podemos relacionar la relatividad espacial de Einstein con los cuatro elementos del arjé de Platón. Y ya asegurando esto, podemos considerar que esta idea pudo ser frecuentemente tomada en cuenta y es así como aseguraríamos que el querer entender el espacio está totalmente relacionado a la evolución de nuestra realidad, la cual está ligada a nuestra intuición, explicación que da Kant: el espacio es una condición “a priori” porque conforma nuestra percepción de la realidad; por lo tanto es la forma de la intuición externa. Es la presencia de esta idea la que nos alcanza a evidenciar al transformación de nuestra concepción de espacio, pues la limita a cómo conocemos nuestra realidad y será así como solamente nosotros como seres racionales y concientes queramos definir nuestra posición y existencia dentro del universo, del cual cada vez descubrimos mas y consecuentemente se alteran las definiciones que le habremos ya dado, no sólo al espacio sino, a todos los “fenómenos” que tenemos alrededor y de los cuales querremos siempre conocer más.
    Por otra parte, queriendo anexar el término de tiempo a esta idea, Kant expone que el espacio al igual que el tiempo, son las formas de nuestra sensiblidad o intuiciones puras que le otorgan a las cosas que conocemos, su estructura. Es así como también el espacio-tiempo logran relacionarse, el primero siendo la forma del sentido externo y la segunda la forma que hace posible percibir los estados internos en una secuencia temporal. Pudiendo afirmar que lo entendido en el tiempo presupone necesariamente la intuición del espacio con la representación de objetos y la percepción de cambios y movimientos. Finalmente, debemos siempre pensar como seres cambiantes y en movimiento, afectados por el entorno y por la definición de espacio que en este momento nos rodea, de manera que el espacio y tiempo son las formas de sensibilidad que precedieron de un juicio y de una idea trascendental.

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  4. “No se puede considerar una mera coincidencia la aparición de la idea de espacio a principios de 1890, y de hecho de que las primeras ideas sobre el espacio surgieran junto al primer movimiento de la arquitectura moderna demuestra que la idea de espacio es inherente a la arquitectura moderna”

    Van de Ven, Cornelis, 1981. El espacio en Arquitectura. Madrid, Cátedra (conclusiones Pág. 312)
    A partir de la anterior lectura, donde se nos dio una leve degustación de los conceptos del espacio y donde surgieron inquietudes respecto a la evolución y transformaciones de este, ahora queremos profundizar aun mas con una idea simplemente nombrada como lo es el Art Nouveau, y a modo de conclusión entendemos que a la vez como la idea del espacio ha cambiado, tenemos corrientes y movimientos artísticos que evidencian esto; es así como puedo llegar a cuestionar nuestro que hacer hoy en día, pues entonces estaríamos estudiando lo que constituye el primer movimiento verdaderamente moderno en arquitectura, el cual busca la autenticidad de la época, en este caso modernismo, y donde el espacio empieza a tomar protagonismo y un enfoque mucho más profundo, nos encontramos con un desprendimiento de estilos anteriores, nuevas técnicas, encontrar una nueva identidad y renacer en el arte, cuestionándome entonces si sería correcto dejarnos influenciar tan intensamente por ideas de movimientos que pretenden buscar una identidad, innovar y cambiar, si no más bien siempre dudar y tratar de generar nuestro propios movimientos, encontrar nuestras propias respuestas y reflexionar todo conocimiento que se nos expone, ser selectivos y tener mucha cautela de cómo vamos a llegar con nuestras ideas al mundo. Junto con esta idea, y siguiendo lo que he planteado en comentarios anteriores, reitero que todo lo que se nos proponga y todo lo que se nos dé por hecho y dado como conocimiento ya experimentado y aprobado, lo dudemos, lo subestimemos, no por su calidad, si no porque estamos en una constante evolución y el cambio es esencial para trascender en no solo nuestra labor como arquitectos, si no en cualquiera de los campos del conocimiento y en lo que sea que queramos hacer día a día. Es por esto que hoy en día deberíamos preocuparnos por los problemas de esta época, darle a la arquitectura contemporánea su máximo goce y entender que esta debe responder a las necesidades sociales y funcionales, mucho más allá de la estético y deseos personales, así como cuidar nuestra historia y darle importancia a nuestro patrimonio, pues también está expuesto a ser consumido por esa arquitectura egocéntrica.
    Ya planteando esto, quiero poner como ejemplo el arquitecto español Ricardo Bofill, el cual en su vida profesional ha intentado, exitosamente, mezclar diferentes disciplinas en su taller de trabajo, como la ingeniería, arquitectura, sociología, psicología, filosofía y hasta la literatura para innovar, proponer y experimentar en diferentes proyectos que inciten a que es posible darle respuestas y soluciones a tantas problemáticas, por ejemplo estructurales y sociales que tenemos hoy en día, desde tantos campos del conocimiento; también ha utilizado materiales cada vez más industrializados y la recuperación de cierto monumentalismo y tener en cuenta los recursos típicos de la arquitectura posmodernista. Escribió “Hacía una formalización de la ciudad en el espacio”, donde manifiesta sus diferencias con el racionalismo y su gusto por las utopías constructivista. Encuentro así que es posible llegar a no sólo seguir corrientes y movimientos, si no que nuestro ingenio, reflexión y duda nos guíen en nuestro pensamiento, que seamos concientes de la trascendencia y trasfondo de lo que hagamos y lo que queramos trasmitirle al mundo.

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  5. “It becomes less an art of composition(…) and more an art of juxtaposition in which a most important part is played by the shifting viewpoint of the moving observer and by the superimposition of varied impressions upon one another in an almost unpredictable way”
    Sinclair, Gauldie, 1969. Architecture. The appreciation of Arts I. London, Oxford University Press (Capítulo7, The Awareness of space (Pág. 79)

    Me gustaría usar otro término, pero es curiosa la manera como nuestras insaciables ganas de entender el espacio nos llenan de ideas para querer comentar en clase, dar nuestro punto de vista y ejemplificar como podamos los conceptos que estamos conociendo, y es así como al observar esto, me llamó la atención cuando se nombró, sin profundizar, la presencia de la gama de colores que nuestros ojos pueden captar gracias de la luz, es decir, la influencia que tiene el espectro electromagnético en la percepción de, no sólo el espacio, si no de nuestra realidad, puesto que estaríamos llenándonos de ideas de una simple realidad visual que creemos como real, porque es simplemente lo que nuestros sentidos alcanzar a percibir, en este caso, la vista. ¿No estaremos limitados a nuestra condición y características biológicas de seres humanos a transformar nuestro espacio?, quiero decir, que nuestros sentidos, que no están aún del todo desarrollados y que de hecho todavía no alcanzamos a evolucionarlos en un buena parte, nos limitan y de alguna forma nos engañan cuando intentamos definir tantos conceptos y de entender tantas lecturas o ideas que discutimos en clase, y cuando me refiero a engañarnos me refiero a la incapacidad que aun tenemos de captar otro tipo de ondas que nos permitan llegar a ver otros “elementos” que podrían ser modificados en nuestro espacio; detallando un poco más, me atrevo a decir que en un utópico futuro, el cual es idealizado por muchas nuevas religiones y pensamientos, el hombre está destinado a evolucionar a tal punto que sus sentidos logren captar ondas que hoy en día son impensables de entender con nuestra vista o cualquier otro sentido y podríamos convivir en un mundo donde la transformación del espacio sea totalmente diferente a lo que hoy y desde hace miles de años hemos concebido. No intento decir que estamos construyendo una realidad no real, si no puede que estemos ignorando muchos factores que podrían alterar nuestras tan concretas definiciones, y por esto quiero insistir en lo que he comentado siempre, debemos pensar siempre en nuestra evolución, en nuestro constante e inevitable cambio, el cual, a medida que va siendo más conciente, requiere de nuestro cuidado al intervenir con fuertes e impenetrables conceptos e ideas. Tampoco estoy subestimando todo lo que hasta hoy hemos transformado en nuestro mundo, puesto que toda la evolución e idea que superficialmente expuse del ser humano en un futuro, está totalmente atada a todo lo que hoy estamos viviendo, pues será necesario que pasemos por todo esto para que lleguemos a eso, sin afirmar con total seguridad que pase.
    Son comparables la cantidad de posibilidades que tenemos de transformar el espacio y de crear sensaciones y la versatilidad de los elementos que podemos alterar, con la cantidad de ideas, como la que acabo de presentar, que nos pueden proporcionar cada una, pues afecta directamente nuestras actividades como seres humanos, insisto, pensantes y razonables; nuestras intenciones de relacionarnos con el espacio y con nuestro entorno, nos da una conciencia no solo del espacio como lo nombra la lectura, si no una conciencia que trasciende en nuestra actividad diaria y cómo en realidad queramos desarrollarnos en nuestra vida profesional o simplemente en nuestro presente.

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  6. “(…) en un conjunto progreso científico y técnico dedicado a enriquecer el patrimonio espiritual de un numero de hombre cada vez mayor, la poesía y la literatura, la pintura y la escultura y la música encontraron los medios para una difusión a gran escala(…). Más la arquitectura, en todo este proceso queda aislada y sola. El problema de la representación del espacio, lejos de estar resuelto, ni siquiera planteado. Al faltar la exacta definición de la consistencia y del carácter del espacio arquitectónico, falta por consiguiente la exigencia de representarlo y de difundirlo.”
    Zevi, Bruno. 1978. Saber ver la arquitectura. Barcelona, Poseidón. (Cap. 3 Pag.34)

    No queriendo sonar exagerada, pero sé que envidia nos produce a todos las personas que de algún modo nos hemos sentido atraídos por el esplendor y magnificencia de la arquitectura, ya sea en lo más mínimo o el rincón más íntimo de nuestro inconsciente, y siendo pocos mis conocimientos o tal vez no los más elaborados, son suficientes para sentir “celos” de las artes que pueden lograr, mediante inventos, avances, descubrimientos o cualquier tipo de progreso, explicar las intenciones de su obra y ayudarse de estos para trascender su arte. Pero no es tan cierto que estos celos menosprecien nuestras ventajas y debiliten nuestra obra, o en mi caso, mis indicios de querer demostrar lo que he estado aprendiendo acerca del espacio, pues entre más difícil sea poder definir la intencionalidad espacial y sus concepciones, más fascinante será llegar a concebir la arquitectura, más enriquecedor y deslumbrante llegará a ser su comprensión. Aún así, debido a lo planteado en la cita, se necesita de una aproximación a la exacta definición del carácter espacial, y probablemente este problema lo tuvieron diferentes artes con su concepto esencial, pero me pregunto qué sería más sano y propicio para la arquitectura, si llegar a encontrar la respuesta a nuestras abstractas y difusas definiciones y encontrar esa luz que probablemente no nos vaya a iluminar sino enceguecer por habernos expuesto todo y luego no dejarnos ver con nuestro conocimiento y virtudes, o deja la incógnita sin resolver y dejar que sean nuestras habilidades, dibujos, maquetas, expresiones graficas de cualquier tipo o fotografías que hablen por nuestra mente que trabaja en función de la espacialidad. Suponiendo que la segunda respuesta fuera la adecuada y se avanzara cada vez más en encontrar esos métodos y herramientas que nos ayuden a facilitar las expresiones de nuestras intenciones espaciales, como lo hemos venido haciendo ya sea con tecnologías que nos aproximen esa dimensión tridimensional del espacio, sin embargo, no hemos encontrado esa cuarta dimensión que ahora indudablemente me es necesaria, y es ahí donde quiero llegar, pues por extravagante e impensable que sea la tecnología a la que logremos acceder, considero que la única manera de representar la arquitectura sería, como lo dice la parte final de la lectura: “ tenemos que ir nosotros, tenemos que estar incluidos y tenemos que llegar a ser y a sentirnos parte y metro del organismo arquitectónico”, por lo tanto, a no ser que se llegue a crear una máquina tele transportadora que nos traslade a aquel lugar, lo cual en realidad no sería en función de maximizar la experiencia arquitectónica, se exige para quién quiera realmente ir más allá de una fotografía o un video, vivir ese espacio, apreciar una participación completa, una existencia de libertad aquerida con la experiencia directa con el espacio y una conciencia que permite valorar profundamente todo lo que la arquitectura nos ofrece, viviéndola y metiéndonos en ella, siendo esto la verdadera respuesta a mi inquietud, pues aún así definamos la consistencia y carácter del espacio como lo pide la lectura, siempre necesitaremos de nuestra experiencia y total participación de nuestros sentidos y será esta la luz que nos posibilitará vivir la arquitectura.

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  7. “El día en que los graduados no puedan ser utilizados en las oficinas de arquitectura, la escuela habrá dado un paso hacia adelante”
    Snozzi, Luigi. 1973-1975. Aforismos. Traducción libre de AM.Osorio a partir de una conferencia en 2005. Accademia di Architettura di Mendrisio.

    Esta es una de las frases que más interesantes me ha parecido, pues induce el miedo que debemos tener no solo en esta carrera si no probablemente en cualquier campo del conocimiento debido a que la relaciono con la ambigüedad entre el mal llamado “bien” y el “mal”, la conciencia y la ignorancia, las paradojas que tanto tratamos de solucionar, y que le dan sentido a nuestro actuar en el mundo, donde sabemos que muy dentro de nosotros tenemos la respuesta de todo y depende de nuestro deseo trascendente de elevar nuestra huella, de redirigir nuestras pasiones y exigirle a nuestra conciencia que su influencia sea en función de nuestra felicidad. Me queda difícil explicar esto con pocas palabras, o simplemente podría tenerlas todas, pero es tarea de ese desafío personal que redirigirá las escasas intenciones colectivas, la decisión personal de ser parte del cambio, ser parte de vivir algo diferente a lo que se nos predispone hacer en esta sociedad, ciega y ególatra, ignorante y vacía, donde fracasamos por la basura que nos meten y dejamos que nos metan en la mente y nos devastamos por culpa de quienes no tienen porque alterarnos la vida, el dejar de ser títeres, moviéndonos a la luz de las decisiones de un titiritero que es manejado por otro aun peor, así que escapémonos de él y dejemos actuar esa intuición que ha empezado a nacer debido al esfuerzo marcado del titiritero de movernos, que nos ha despertado la opción de ser y cortar esas cuerdas, unas cuerdas en verdad demasiado fáciles de romper, pero que las vemos fuertes al no poder ver quien las maneja, y es como nuestra voluntad y exigencia de no querer ser manipulados por alguien o algo hará que encontremos la manera de cortar esas cuerdas sin que el titiritero se dé cuenta. Es como lo comentó en algún momento Ricardo Bofill: “El individuo, frente a la angustia de los cambios tecnológicos y a la incertidumbre que provocan las catástrofes, debe encontrar en la arquitectura una nueva relación con el espacio y el tiempo que le procure tranquilidad y armonía en su espíritu”, lo cual nos ubica en una realidad con un destino poco accesible a nuestro actuar, pero que nos propone una salida cuándo pone la satisfacción del espíritu como primordial, y es así como nuestra intuición del no querer ser graduados que vayan a enceguecerse si no que en verdad vayan a practicar tantas ilusiones, hará que una carrera tome acción y seamos concientes de esa ambigüedad para alcanzar esa tranquilidad de nuestro espíritu, pues es en ese momento donde nos sentiremos sin remordimiento de haber hecho todo lo que nuestro corazón quería con la huella de nuestro tiempo, que por más difícil que sea de cambiar, nos da razones de no pensar en ella y que lo que hagamos sea de la mano del presente que inevitablemente sí dejará una mejor huella que la que podríamos estar dejando con nuestro actuar del hoy.

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  8. Juliana,
    Has desarrollado a cabalidad el objetivo del ejercicio. Tu discurso es claro y profundo(a pesar de que insistas en la superficialidad, habría que ver respecto a qué...) estoy segura de que puedes plasmar de manera articulada tus reflexiones en el trabajo escrito, identifica el eje central y hazlo explícito desde el título en adelante. Revisa muy bien la ortografía.
    AM

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  9. “Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas; un entendimiento inmediato, un contacto inmediato, un rechazo inmediato”
    “En lo que se refiere a la luz, natural y artificial, debo confesar que la natural, la luz sobre las cosas, me emociona a veces de tal manera que hasta creo percibir algo espiritual. ¡Esa luz, esa luz no viene de este mundo! No entiendo esa luz. Tengo entonces la sensación de que hay algo más grande que no entiendo!”
    Zumthor, Peter. 2006. Atmósferas. Barcelona. Ed. Gustavo Gili. Pág. 12 y 60

    Personalmente, la lectura de este libro me causa varias impresiones que aumentaron la cantidad de dudas que se generan cuando se habla de crear arquitectura, aprenderla o cualquier verbo determinativo que se le quiera dar para su práctica, pues fue la manera de pensar y escribir la de este reconocido arquitecto la que nos demuestra la delicadeza de la arquitectura, su ingenuidad y su valor, donde en ningún momento al recibir la lectura me sentí cansada y desilusionada de cómo nos afecta el entorno egoísta, hipócrita y malcriado de la sociedad. Me refiero a cómo describe Peter Zumthor su entendimiento hacia la arquitectura, cómo mediante nueve preguntas logra generar respuesta para captar lo que se quiere en el ejercicio de hacer arquitectura, al describir esos detalles que generan en nosotros cierto despertar de nuestra conciencia y nos hace sentir que hay algo más que cualquier tipo de crítica hacia lo que se tiene al nuestro alrededor, se nos presenta como la guía para entender que somos vulnerables a cualquier factor que logre cambiar nuestra realidad y que las respuesta s que logramos obtener mediante una pregunta son tan obvias pero a la vez tan fáciles de difuminar que es por esto que nuestra lógica diaria no deja ver tal estado de deslumbramiento ante lo que él llama atmósfera, y es por esto que se terminan creando cosas sin sentido a la luz de la ignorancia y la prepotencia. Las frases citadas son esos indicios que comprueban esa ingenuidad de la que hablo, esa curiosidad del ser humano que ha sido destruida, esa nobleza al admitir que somos frágiles pero que sin importar poder ser destruidos, podemos unirnos a esa belleza y ser parte de descubrir que generar una arquitectura va más allá de querer cambiar el mundo, sino empezar admitiendo que no lo somos todo, que somos parte de una evolución, que somos insignificantes ante tanta grandeza que se evidencia en las maneras como nos podemos sentir afectados por esas atmósferas, y cómo instantáneamente nuestro cuerpo y mente se conectan con ese sentido de lo que Zumthor llama sensación de naturalidad, esa magia, ese momento intrínseco que se vive con lo que percibo en estos momentos al escribir estas palabras, porque nace, se siente y se necesita expresar.

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  10. Llega a ser supremamente seductor y cautivante el querer ir más allá de las fronteras de la geografía que determina nuestra vida cotidiana, la cual nos enmarca nuestra creencia, pensamientos, comportamientos y actitudes frente a cómo nos desarrollamos en nuestra vida. No sólo es el sentimiento de conocer y creer que conocemos otro país con su cultura y lo que nos proporciona el sentir que podemos saber de otros lugares, si no la ruptura de nuestra realidad, la subjetividad de lo que conocemos entendido en nuestra mente como el todo, cuando sólo es un pedazo mínimamente construido de lo que llega a ser en verdad la totalidad de la existencia, o simplemente de lo realizado en este plano material sobre muchos cuantos no existentes para nuestros sentidos. Creo que no sólo es entender la trascendencia de nuestro entendimiento y el sentido que queramos darle a todo lo nuevo que conocemos día a día, si no que es la dinámica de la mente y el comportamiento de la ambigüedad que hace que nos preguntemos millones de cosas lo que hace que lleguemos a cosas como éstas y nos sintamos cautivados ante cualquier cosa que conocemos segundo a segundo. Entonces, reconociendo que no soy sólo más que el resultado de una serie de entendimiento infinitos y cíclicos, doy por dado que lo que hoy es mi ciudad, lo que tengo alrededor mío, lo que está en este momento siendo parte de mi espacio, de mi realidad, de mi vida, el límite de mi mirada y lo que existe en mi sentidos es sólo producto de lo que yo he pensado, es mi mente hecha realidad, hecha cosa, hecha materia, hecha este espacio donde estoy escribiendo esto, somos producto de nuestras alucinaciones, de nuestros instantes de cautiverio en la perfección de la abstracción de nuestra mente. Y es así como se comporta nuestra ciudad, mentes orbitando por doquier y dándole sentido a eso que llamamos arquitectura, la reproducción de nuestros pensamientos hecha ciudad, nuestras intenciones y sentimientos convertidas en entorno, en lugar, en espacio, la significación material de nuestra mente.

    Acercarse a conocer un poco sobre un país ya sea Japón o Mongolia, como lo hemos visto en clase, es ejemplo de esa magia que nos produce el desintegrar nuestra realidad y llegar a darle a nuestra mente un poco de conciencia respecto a lo que somos; en otras palabras, cómo el amor que le tenemos a nuestra “casa”, a nuestra realidad, se expande hasta llegar a amar otros países, otras culturas, otros pensamientos, otro vida; creo todo esto posible gracias a la intuición que poseemos que entiendo como un “don” el cual, en este caso, nos da la oportunidad de extasiarnos frente a lo que muy en el fondo sabemos que aunque no sea parte de nuestra realidad, es substancialmente parte de nosotros. Sería como imaginarnos que alguien no conociera nuestra realidad, y todo lo que conocemos no lo conoce esa persona, pero aún así lo que pase en la vida de esa persona es la metáfora de nuestra vida, y es lo que hace que en esencia toda terminemos preguntando cosas como éstas. Para referirme específicamente a lo que es nuestro tema de interés, “la arquitectura”, quisiera entonces atreverme a concluir que nuestra ciudad, nuestra vida rodeada por arquitectura inconsciente, es solo el resultado de la compleja y aún incomprendida relatividad, subjetividad o ambigua realidad en la que vivimos sin despertar, lo que nos hace vivir en un sueño tan real, que somos capaces de llegar a alucinar y creer que lo que nosotros llamamos un sueño en realidad lo es, nos sentimos dueños de nuestro espacio, capaces de “conocer”, entender y manipular lo que existe. Somos pensamiento materializado, expuesto ya sea en nuestras acciones o en lo que vemos en nuestro entorno.

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  11. No hay nada más perfecto que las complejas observaciones de nuestros sentidos resumidas a un dibujo o un comentario, es como querer demostrar que somos capaces de sintetizar lo que experimentamos y concluimos con lo que sentimos, creyéndonos aptos para definirlo. Substancialmente estamos hechos para crear perfecciones, venimos de la nada, venimos de una creación aún sin explicar, pero que sus resultados son el manifiesto a gran escala de lo que somos. Es fascinante la intimidación que nos produce esa complejidad y asequible perfección. ¿Y esto qué con la arquitectura?, esta pregunta es absurda, porque me estoy obligando a limitar mi carrera a lo que ya se entendió con arquitectura, ya está dado y se supone que podría aportar. La respuesta es tan simple como la duración de mi vida: aprender a vivir. No estudio arquitectura para pensar en función de ella, si no para entender la perfección que llega a tener el desarrollo del ser humano en la intervención directa con él mismo, no hago dibujos solo para mostrar alguna habilidad, o si no llegase a tenerla, para expresar algún valor arquitectónico, simplemente no sé qué cosas puedan suceder mientras dibujo que puedan hacer evolucionar mi existencia, y no habrá forma más perfecta de hacer esto que sacando un papel y rayando, esperando ser sorprendida por la interacción de mi mano con el lápiz y lo que sea que mi mente y mi entorno me regalen para plasmar con tinta. Es por esto que realizar la salida por la universidad a dibujar y querer realizar algún dibujo con algún enfoque me es tan efímero, porque lo que ocurra durante ese viaje es lo que hará mi dibujo interesante pues puede que a nadie le guste, pero solo yo sabré porque cada línea está en ese lugar. Inicié diciendo que iba a dibujar algo relacionado con la heterogeneidad de las funciones de los diferentes espacios en la universidad, y al empezar a dibujar noté que necesitaba dibujarlo todo, porque esa complejidad que me atrae y enamora, es en esencia esa heterogeneidad que hace que todo exista y nadie sea igual, es el esparcimiento de la perfección. Debí haber pintado todo el universo entero, y al revés dejar la hoja en blanco.

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  12. Evaluación trabajo final:
    - Corregiste la ortografía y puntuación según lo sugerido
    - Ampliaste el trabajo con nuevos temas, citando otros autores
    - ¿Por qué no incluiste los bocetos en el trabajo final?
    AM

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  13. Blog: hiciste un exclente trabajo comentando semanalmente en el blog. Tu escritura es profunda, espontánea y sugestiva, sé constante en ella a lo largo de tu vida.
    AM

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